Dana DeArmond, una zorra kinky, está atada a una cama, esperando ansiosamente un viaje duro. Su captor la provoca con nalgadas, encendiendo el deseo. Mientras la cámara se acerca, la acción se calienta con intensas folladas y orgásmicas subidas de tono. Sin disculpas, rendiéndose al placer, Dana encarna el epítome del éxtasis sumiso.